Antes de empezar el partido, el Atlético se llevó la primera alegría. Ancelotti dejó en el banco a Luka Modric y a Simeone se le aclaró aún más su idea. El centro del campo titular lo formaron Khedira e Illarramendi y Simeone le dio la pelota al Madrid. El resultado fue parecido al de la pasada jornada en Elche: escasa claridad en el juego. El Atlético de Madrid, sin encerrarse, vivía cómodamente en su campo, a la espera de que un error del Real Madrid le diera una oportunidad de hacer daño.Y el error llegó. A los diez minutos. Tras el gol, el guión no cambió. El Real Madrid generaba peligro por su calidad, pero no se mostraba superior al rival. Dos cabezazos de Benzema fueron todo lo ofensivo del Real Madrid en la primera parte. El Atlético, mientras, a lo suyo, a presionar y a hacer daño bien tras robo o bien a balón parado.
Ancelotti reaccionó tras el descanso. El italiano quitó a Illarra y a Di María para dar entrada a Modric y a Gareth Bale. Pero ya daba igual el Real Madrid seguía sin generar peligro a un Atlético de Madrid que estaba perfectamente plantado en el campo para defender y lo hizo por eso el Atlético de Madrid ganó, 14 años después, un partido de liga al Real Madrid en el Bernabéu.
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